Happy birthday Yáred!!!
Yared y yo (y 2 alemanas más) celebramos el cumpleaño juntas en una superfiesta, pero eso niños, es otro post.
Dicen que hablamos muy alto, que siempre vamos juntos, y que al final siempre acabamos solos hablando español entre nosotros... es cierto.
(Luca y yo; Nerea, Lucía y yo en la plaza de San Marco. ¡Qué cosa tan bonita!)
Estuvimos 7h andando por las callejuelas de la ciudad. De puente en puente, de canal en canal. La isla no es muy grande y en un momento te la recorres. Pero nosotros quisimos ver toda la isla, todas las iglesias, todas las plazas.
(Un italiano en Italia; Las niñas en uno de los puentes)
(Helado veneciano... Como sabeis, me pueden las ansias, así que mi helado no llegó a la foto, pero ya sabeis de qué me lo pedí :P)
(En una de las callejuelas de Venecia: Luca, Nerea y yo; Los 4 en un puente)
(Y sí, habeis acertado, los 4 en otro puente; Y Lucía y Nerea corriendo detrás de las palomas en la plaza de San Marco).
(Lucía de subidón en la plaza de San Marco; y foto típica de los gondolieri en uno de los canales)
Me enamoré de Venecia. Iba como en una nube. Si alguna vez vais, os recomiendo ir en tren, porque salir del tren y encontrarte en la ciudad es una experiencia impresionante. Fue increible. Un precioso regalo que no me esperaba (takk Luca). A la vuelta, Lucía tuvo una de sus frases geniales, que aunque suena fatal, realmente era como nos sentíamos: "Luca, ¿sabes que hoy has satisfecho a tres mujeres a la vez?". Y aun de subidón y supercansados, nos fuimos, ahora sí, a Milán.
Andrea nos acogió en su piso de estudiante. Allí conocimos a su compañero de piso Paolo, que resultó ser un tío genial, que sin conocernos de nada nos hizo de guía por Milán. El piso no era muy grande y no habían muchas camas, así que dormimos como pudimos. A mí me tocó la cama ergonómica, que es la manera positiva de decir que dormí en el suelo sobre almohadones, y aunque no lo parezca, dormí de puta madre.
Cosas que ver en Milán: IL DUOMO!!
(Lucía frente a la impresionante catedral de Milán)
El resto de la ciudad entra dentro de lo normal (aunque no sé que podía esperar después de Venecia).
Paolo fue un cielo y nos enseñó el centro, nos contó algunas historias, nos enseñó el Duomo, el castillo, la calle de las compras, muchas esculturas vacas pintadas por todas las calles de Milán (no llegué a comprender esa exposición)... Nos reimos mucho. Por alguna de aquellas, se empeñaron que hablaba con las estatuas y no conseguí convencerlos de lo contrario.
(Paolo, Nerea, Lucía y yo en el pasaje que hay en la plaza del Duomo; Lucía, Paolo y yo en una de las calles)
(Nerea en el pasaje; Nerea de espaldas, Paolo y yo haciendo como que nos interesábamos por lo que ponía en el cartel del castillo).
(El castillo de Milán; Paolo, Lucía, Nerea y yo en un patio interior del castillo).
El momento que más estuve esperando desde que pisé Italia fue: TOMAR EL SOL!!! Para mi desgracia, una nube tonta me acompañó desde Oslo y se paseó conmigo por todo el norte de Italia. Pero ese día, durante la comida, puede tirarme en el cesped, sentir los rayos de sol y... adormilarme en el cesped :P
(Lucía y Paolo comiendo pizza al tallio en el parque; Nerea y Paolo trazando el plan definitivo sobre el mapa y yo al fondo haciendo de alfombra sobre el cesped).
Un momento divertido fue cuando nos encontramos el desfile del 1 de Mayo. Música, pancartas y antidisturbios. ¡¡¡ECHO DE MENOS LAS FIESTAS EN LA CALLE!!!
(Lucía, Paolo con cara de resignación, Nerea y yo frente al desfile; Las nenas frente al desfile de antidisturbios).
Por la noche, los niños nos llevaron de aperitivo a un sitio superchulo que era vivero y restaurante, así que podía comprar plantas, comer y beber.
(Lucía y Nerea besando a Andrea; Lucía, Paolo y yo)
Marta, que también vino al aperitivo, tuvo la idea de ir después a pasear por el canal, que una zona de bares muy curiosa y bonita. He descubierto, que a los italianos les da por construir sobre ríos y canales (aunque Venecia es el ejemplo más claro, también ocurre en Milán y Bolonia).
(De izquierda a derecha: Marta, Paolo, Andrea, Luca y Jean Luca intentando salir en la foto porque alguna desalmada se le plantó delante; Nerea, Lucía y yo en primera fila)
Y tras mi único día en Milán, me despedí del Italian ghetto (por tercera vez).
¡¡TURíN!!
No puedo evitarlo. Lo tengo que contar: reeeeesultaaaa, que el bueno de Adri se confundió de fechas sobre cuando iba a ir a visitarlo. Y en lugar de esperarme en Mayo, me estuvo esperando en Abril. Cuando vio que no aparecía, en lugar de llamar a los carabinieri o a los hospitales, llegó a la conclusión que me había perdido con algún italiano guapo. No me malinterpreteis, me hubiera encantado, pero... al menos habría avisado.
Total, aclarado el asunto de que iba finalmente en Mayo e insistiéndole en que si no aparecía que se preocupara, me planté en Turín. Lo primero que hicimos: APERITIVO.
Pero mi cuerpecito tiene un límite, y tras el trote de los días anteriores no pude salir después del aperitivo. Al día siguiente, sin ningún tipo de estrés, salimos de turismo por Turín: pueblo medieval, paseo por orillas del río, hermita, palacio, límite del bien y el mal y el museo egipcio.
(Dos fotos de "Adri ponte" en el pueblo medieval)
(Adri y yo frente al palacio; y yo haciendo el capullo en el museo egipcio entre las dos partes de un sarcófago).
Se aprende mucho de la gente cuando pasas varios días pegada a la suela de su zapato. Por ejemplo descubrí cosas que odia, como que no parase de hablar de Venecia; o cosas que le gustan, como hablar con los pájaros (demasiadas horas con Jose Antonio); o cosas que me desquician, como que hay que atarlo en la silla después de comer o volverá a fregar los cacharros.
Tras ver unos pocos capítulos de Scrubs (fregado), le convencí para dejarse raptar y acompañarme a Bolonia. Otro bonito recuerdo con Adri fue PERDER TRENES. Perdimos el tren que teníamos pensado para ir a Bolonia, y casi perdemos el siguiente; perdimo el tren a Módena... Digamos que nos lo tomábamos con calma.
Pero por fín llegamos a Bolonia.
Alia nos esperaba en la estación de tren (sabiendo ya el detalle de que habíamos perdido el primer tren). Como un terremoto, nos contó todas las posibilidades que daba el día (algunas de las cuales se descartaron por la lluvia). Una vez más acabamos en un bar a la hora del aperitivo, pero esta vez me pedí una coca-cola (que al ser bebida no alcoholica no trae aperitivo). Un detalle curioso fue ver a gente vestida entre "tunos y carnavales" porque había algún tipo de competición que obligaba a la gente a vestir de manera ridícula y celebrarlo bebiendo: QUÉ TRADICIONES MÁS BONITAS.
¿Qué vimos de Bolonia? Le due torre, la catedral por acabar, las arcadas, 3 de sus 7 secretos (el neptuno empalmado, el arco hueco que permite oir a la otra persona alto y claro desde la otra esquina y el canal que sale de la nada), la iglesia templaria, la calle de las universidades, muchas puertas cerradas Y LA NUTELERÍA :D (aun no hay fotos de esto porque Adri no me las ha enviado).
Bolonia me gustó mucho por el contraste de ciudad antigua llena de gente joven que se da en el centro. La gente haciendo botellón en la plaza de la iglesia templaria del s.VIII, junto a los caravinieri a la puerta de casa del tito Silvio. Debe ser una ciudad interesante donde estudiar, con mucha gente joven y 4 de lo 7 secretos de la ciudad que me quedaron por descubrir.
(Adri y yo en el tren de la victoria hacia Bolonia; Adri, una amiga de Alia vasco-francesa y yo comiendo helado: chocolate boloñés. Otra cosa que he descubierto es que cada ciudad tiene su dulce, su pasta y su chocolate propio. Yo prové los chocolates y a mi gusto, ganó el veneciano)
(Adri y Alia frente a la catedral de Bolonia. Fijaros como la parte de abajo de la catedral está revestida de marmol, mientras que la parte de arriba es ladrillo. Nunca se acabó por cuestiones de poder en su momento, y ahora no se acaba porque a los boloñeses les encanta su catedral y la historia relacionada con ella; En la segunda foto estamos Adri y yo en un patio de la iglesia templaria. Somos los bultitos que quedan en el centro-izquierda del patio)
Alia que es un cielo nos acogió, nos enseñó la ciudad, nos dio de comer y de beber. La última noche hizo una pequeña cena con sus compañeros de piso y de proyecto. Fue muy divertido, aunque todos hablaban italiano, que entenderlo lo entiendo, pero para que me entendieran... Fue como volver al principio de mi Erasmus, pero en lugar de inglés ahora era italiano.